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Test drive

Audi R8 5.2 FSI quattro a prueba en pista

El súperdeportivo de Audi, no podía faltar en el COMPROMISO Autocosmos, un deportivo a prueba por día hasta fin de año.

Audi R8 5.2 FSI quattro a prueba en pista

El R8 V10 es la conjunción perfecta entre tecnología alemana y pasión italiana. No es ninguna noticia que el R8 es básicamente un Lamborghini Gallardo con cuatro aros al frente, pero creemos que esta fórmula ha dado como resultado el súperauto ideal.

Por una parte, sigue siendo un Audi, así que aunque no es precisamente discreto, tampoco anda gritando por el mundo que costó lo mismo que un departamento, como cualquier Lamborghini o Ferrari.

Hasta cierto punto, lo podríamos calificar como práctico, tiene un baúl que puede alojar una balija para dos personas, la suspensión no es excesivamente dura y aunque sí es bastante bajo, hay autos menos extravagantes que necesitan de más cuidado para pasar un moderador de velocidad.

Con todo esto, no estamos diciendo que sea un auto para que puedas usarlo entre semana, tiene algunos detalles, como la posición de manejo baja, que aunque es ideal para la pista, después de un trayecto largo de manejo, terminas encorvado aunque hayas salido del auto. Otro detalle es la transmisión R-Tronic, que no es una automática, sino una manual robotizada y está pensada para un manejo más deportivo y no tanto para el tránsito citadino, así que de vez en cuando hay que neutralizarla para evitar que el embrague se caliente.

Cuando entendés que este auto está hecho para devorar distancias en una ruta o romper récords de tiempo en una pista es que comprendés toda la tecnología que monta. El increíble motor de diez cilindros en V de 5.2L, 525 CVademás de pegarte al asiento con cada aceleración, produce una de las mejores sinfonías que llega hasta las 8-000rpm y te hace desear cada vez más.

Si seleccionas el modo Sport para la transmisión, ésta es mucho más agresiva y rápida al realizar los cambios ascendentes (que podés seleccionar mediante la palanca o las paletas colocadas detrás del volante). La suspensión cuenta con el sistema de Magentic Ride que utiliza un fluido sensible a la electricidad que modifica su densidad al aplicarle corriente, endureciéndola al instante y pudiendo realizar ajustes en centésimas de segundo para garantizar el máximo agarre en cada curva.

Otra gran belleza es el sistema de tracción integral quattro que a diferencia del que podrías encontrar en un A4, éste manda más tracción a la parte de atrás para un manejo más deportivo, pero como pudimos comprobar en la pista, resulta casi imposible que pierda adherencia, incluso al desconectar las asistencias como el control de tracción. Las gomas simplemente parecen no soltar el camino, y aunque aceleres antes de lo previsto en una curva, el R8 V10 encuentra algo de tracción en otra rueda y te hace salir disparado hacia la siguiente. Los frenos no defraudan, gracias a que los discos flotantes soportan temperaturas y castigos realmente extremos.

Sin lugar a dudas, lo mejor de todo es que una vez que terminas de “jugar” en la pista o un tramo de ruta, podés seleccionar el modo normal de la suspensión, meter sexta y convertirlo en un gran turismo sin problemas.

Gracias a esta dualidad y a que es realmente uno de los mejores deportivos que hemos podido manejar, el Audi R8 V10 es digno de ser parte de nuestra selección de autos deportivos para este 2012. Ahora sólo falta ganarnos la lotería y hacernos del nuestro.

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Agradecemos al Autódromo Moisés Solana, en Pachuca de Soto, Hidalgo, por las facilidades otorgadas para la realización de este artículo.

 

Audi R8 5.2 FSI quattro 2011 a prueba

Héctor Mañón. Fotos:José Luis Ruiz recomienda