logo autocosmos Vendé tu auto
Test drive

Prueba, Mercedes-Benz Clase B City

El MPV de la estrella se renueva y sorprende con espacio y economía de consumo.

Prueba, Mercedes-Benz Clase B City

 

El Clase B pertenece a la segunda avanzada de Mercedes-Benz hacia segmentos no convencionales, al menos para la marca alemana. Presentado casi al unísono con la segunda generación del Clase A, con quien comparte plataforma y gran parte de su mecánica, a fines de 2012 llegó la renovación del modelo a nuestro país.

Probamos la única motorización disponible, 1.6L inyección directa, turbo, 156 CV y 250 Nm entre 1.250 y 4.000 rpm, en este caso asociado a transmisión manual de 6 velocidades (hay una automática con misma cantidad de cambios). El nivel de equipamiento es el más austero, City.

 

Diseño

El Clase B original era un auto muy interesante desde el punto de vista estético. Aprovechando la llegada del nuevo lenguaje de diseño de la estrella, tenía una sección trasera con la clásica estampa Mercedes, y aires gangster en el sector delantero-lateral. Esto se debía a la diferencia de altura entre la marcada arista de cintura y la del capot con cantos altos en V.

Ahora, la segunda generación se nutre de la evolución de ese mismo lenguaje, abandonando las partes más ásperas en favor de líneas y superficies redondeadas. También se destacan las aristas que aparecen en el lateral que recuerdan al Flame Surfacing de su archirrival BMW, pero está muy bien ejecutado. Rematan faros delanteros con tiras de LED y la parrilla cortada al filo de la carrocería.

 

Interior

Si bien el nuevo Clase A abandonó la arquitectura alta para entregar una experiencia más deportiva, el Clase B conserva su foco en el uso familiar y por ello su cabina sigue siendo tremendamente amplia, con mucho espacio para que 3 personas (no muy corpulentas) puedan ir cómodas atrás con espacio para sus piernas y cabezas.

El nuevo tablero se destaca por la pantalla central que simula un tablet enganchado al tablero. También hay una amplia placa estilo fibra de carbono brillante, bocas de aire con look retro aeronáutico y gruesos marcos aluminizados. La calidad de materiales y encastres es de primera línea, pero en líneas generales le falta algo de la opulencia que cualquiera espera cuando desembolsa todo lo que Mercedes-Benz pide para llevar una estrella de tres puntas en el frente.

Comportamiento dinámico

Aún combinando poca cilindrada y turbo, el 1.6L empuja desde casi el vamos y además pide muy poca nafta a cambio. Ayuda el indicador de paso de cambio del cuadro de instrumentos, que normalmente pide subir una marcha antes de llegar a las 2.000 rpm. Además, una de las pantallas de la computadora llamada “Indicación ECO” mide nuestra forma de manejar en tres categorías; si realmente tomamos como desafío mejorar nuestro porcentaje de conducción ecológica, vamos a obtener un consumo citadino inferior a los 10 litros cada 100 km.

El buen nivel de torque ya disponible desde muy bajas vueltas, ofrece una muy buena reacción, siempre y cuando no estemos “colgados” en la parte más baja del tacómetro. En el tránsito urbano es confortable, inclusive las gomas de la versión City tienen un generoso perfil que ayuda a filtrar imperfecciones. La dirección ofrece el clásico tacto de los sistemas eléctricos actuales, demasiado homogéneo y algo artificial, pero pasa de correctamente ligera a correctamente dura cuando aumenta la velocidad.

En caminos abiertos el Clase B es muy silencioso, entre otras cosas gracias a la 6ª súper larga, que también permite un gran ahorro de combustible. Viajando a la costa, y respetando todas las velocidades, la computadora indicó 6.2 L/100 km de consumo promedio. Al ser ancho y con buena distancia entre ejes también es muy estable, aún a velocidades pecaminosas. Tratándose de un auto alto y familiar, no va a devorar curvas, pero las pasa rápido y estable. Acompañan controles de estabilidad, tracción, antibloqueo, etc.

 

Conclusiones

Si busca transportarse con toda la familia, pero no quiere comprar uno de los actuales MPVs medianos importados que se han vuelto muy voluptuosos, el nuevo Mercedes-Benz Clase B es LA alternativa, en pocos metros de chapa consigue mucho espacio. Además, las prestaciones son muy buenas, también el confort y sorprende la poca cantidad de nafta que pide el 1.6 Turbo a cambio.

La otra cara de la moneda tiene que ver con el status del Clase B. Si bien todos lo admiran la enorme estrella en la parrilla, ciertamente le falta algo de opulencia Premium en el interior. El equipamiento también es algo acotado, bueno en seguridad, pero algo corto en “chucherías” modernas.

En resumen, el nuevo Mercedes-Benz Clase B es un gran auto familiar, si quiere algo más deportivo va a tener que esperar la llegada del nuevo Clase A, y si busca más status, habrá que desembolsar lo necesario para llegar a un Clase C.

Hernando Calaza recomienda