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Test drive

Prueba nuevo Toyota Corolla

Unimos Buenos Aires con Mendoza para analizar a fondo a uno de los sedanes más importantes de su segmento.

Prueba nuevo Toyota Corolla

El Corolla es uno de los autos más importantes del mundo y de su segmento en Argentina. Los números apoyan al mediano de Toyota: 47 años al ruedo, 40 millones de unidades vendidas en el mundo, y 15.800 en Argentina durante 2013. Ahora estrena su 11º generación y teniendo en cuenta su peso, decidimos hacerle una prueba especial de largo kilometraje uniendo las Ciudades de Buenos Aires y Mendoza gracias a la alianza entre Autocosmos y +Autos de elSol Online.

Teniendo en cuenta que el segmento donde compite el nuevo Corolla ha evolucionado mucho en los últimos años, los objetivos de hacer un recorrido tan largo se centran en descubrir cuánto ha mejorado el sedán de Toyota, si conserva su esencia pese a los profundos cambios y analizarlo en uno de sus hábitats naturales, la ruta, además de deleitarnos con los hermosos paisajes de la provincia del vino.

 

Mecánica y seguridad

Hace algunos días publicamos una nota con los principales cambios del nuevo Corolla respecto de la generación anterior. Aquí te resumimos los referentes a la parte mecánica donde se luce una nueva plataforma de medidas más generosas en todos los sentidos menos altura, y el mismo 1.8L con doble variador de válvulas (VVT-i) que entrega ahora unos caballos extra. La caja manual sigue siendo de 6 relaciones, pero la novedad es la automática del tipo CVT que puede simular 7 cambios, ahora disponible en toda la gama.

En cuanto a seguridad, toda la gama del nuevo Corolla aporta airbags frontales, laterales delanteros y de rodillas para el conductor, sumando los de cortina en la versión full (SE-G) como la aquí probada. Además, hay fijaciones ISOFIX para sillas de niños y cinturones inerciales de 3 puntos para todos atrás. En el rubro activo es donde se queda atrás ofreciendo el ya obligatorio ABS, pero con carencia de Control de Estabilidad (ESP) al menos en las versiones más equipadas.

 

Diseño

El nuevo Corolla cambia profundamente respecto de las dos generaciones anteriores, apuntando a combinar elementos elegantes del Camry, buque insignia de la marca, con algo más de juventud. Algunos lo ven muy similar al Honda Civic, modelo que hace unos años dio su golpe de timón, pero lo estrictamente cierto es que a ambos los une su estilo oriental.

En el caso del Corolla lo que vemos es una serie de aristas bien definidas que van tensando superficies lisas. Los puntos más destacados son el frontal en punta con faros alargados, la línea lateral que sube llegando al pilar C y las nuevas proporciones del modelo, más largo, ancho y bajo, para dar ese toque deportividad faltante en las generaciones anteriores.

 

Interior

Aquí tenemos uno de los cambios más radicales del nuevo Corolla con líneas rectas y horizontales que proveen un estilo minimalista y más moderno que paradójicamente tiene cierto sabor retro.

Respecto de materiales y calidad, aparecen más plásticos suaves al tacto y los decorados abandonan la madera simulada en favor de símil fibra de carbono o toques metalizados. Además, el nuevo Corolla abandona el gris del modelo anterior en favor de un contraste más marcado entre el negro y los elementos beige que pueblan tablero, contrapuertas y tapizado, al menos en la unidad probada. El cuero de los asientos en la versión SE-G sigue siendo ecológico, pero ahora no se siente plástico como antes y está perforado.

Dicho todo lo anterior, el Corolla conserva ese enfoque que parece dictado por los ingenieros antes que por los diseñadores. Comparado con los integrantes más nuevos del segmento, aún hay muchos plásticos duros al tacto, las juntas son mejorables y hay elementos que no son muy estéricos como los controles del volante multifunción, el reloj del tablero que parece de los 70s, o la consola que corre entre los asientos. La contracara es que todo es se siente "atornillado" como para sobrevivir a una vida de castigos y una ergonomía muy bien resuelta.

Respecto del equipamiento, podemos decir lo mismo, ofrece muchas más amenidades, pero no tiene excentricidades, aun en la versión full. La pantalla táctil es un ejemplo, su sistema es lento, a veces irritante y está regida por con varias cláusulas de seguridad, aunque tiene todas las conexiones actuales (USB, Aux. y Bluetooth) y el sonido del estéreo es claro y fuerte.

El último punto está en el espacio interior que es muy bueno, con amplio recorrido para que una persona de 1.75 metros o más se acomode detrás de otra de la misma altura con suficiente recorrido para sus piernas. El baúl completa con la misma capacidad del modelo anterior, 470 litros, suficientes para llevar todo lo necesario y algo más en cualquier situación.

 

Comportamiento dinámico

Apenas sentado dentro del nuevo Corolla, uno entiende que Toyota hizo cambios importantes. El asiento se puede bajar mucho más que en la generación anterior entregando una posición de manejo más deportiva y el volante es más ergonómico, pero lo más importante es que comanda una dirección más rápida, algo que pudimos comprobar girando en la misma curva con ambos Corolla.

La puesta en marcha de la versión SE-G se realiza mediante un botón, la idea es buena, pero se puede volver algo engorrosa si se nos apaga el auto en la salida de un semáforo. Esto último se aclara porque a la hora de soltar 1º, la relación entre embrague y acelerador sigue siendo engorrosa, menos que en la generación anterior, pero sigue demandando estar concentrados. Obviamente, las versiones automáticas quedan exentas de este problema.

Una vez en movimiento, el nuevo Corolla es más silencioso que el anterior y al pasar por pozos y demás corrugaciones de la orografía ciudadana se nota que las suspensiones son más refinadas. Sigue siendo algo seco, pero es mucho más suave que su predecesor y además, en velocidad rola menos cuando le propinamos volantazos. La visibilidad está algo limitada por un parabrisas corto (medido verticalmente desde el travesaño hasta el tablero), el pilar trasero grueso y el baúl alto, pero los espejos XXL compensan, acompañados por la cámara de retroceso.

El motor no tiene demasiado torque pero en ciudad es ágil apoyado en una caja de relaciones acertadas, con palanca de recorridos algo largos, pero precisa. Además, consume poco para un auto de su tamaño y 140 CV, tanto en ciudad, donde se mantiene cerca de los 10 L cada 100 km, como en ruta donde la 6º permite desplazarse a 120 km/h con 2.900 giros y la computadora no superó los 7.5 L/100 km en promedio. En caso de necesitar sobrepasar un camión, lo mejor es bajar un par de cambios para colocar la aguja del tacómetro por encima de las 4.000 rpm, donde el motor empieza a dar un empuje más franco.

Hablando de ruta, la insonorización es muy buena y dependiendo del tipo de asfalto, se escucha más el rodamiento que la mecánica o el roce aerodinámico. La estabilidad también es muy buena y los asientos son cómodos, permitiéndonos hacer tramos de manejo largos sin tener que lamentarnos por nuestras espaldas.

 

Conclusiones

Suena redundante, pero el nuevo Corolla sigue siendo un Corolla, solo que ahora se siente más juvenil, más “auto” qué medio de transporte. En esta misma filosofía está el diseño, que sigue siendo discreto pese a aportar un mayor lucimiento estético.

Todas estas son excelentes noticias para los que buscan un producto que combine las clásicas cualidades del Corolla y del servicio de Toyota, pero que quieren algo más de placer al manejar. No es el más deportivo, ni el más confortable, ni el más tecno o equipado, pero se mantiene dentro de un buen promedio algo que también se ve reflejado en el precio.

Si estás preguntándote por Mendoza, bueno, dejamos que la Galería de fotos muestre al nuevo Corolla en algunos de sus puntos más reconocibles como los imponentes Portones del Parque General San Martín, el Cerro de la Gloria o una de sus tantas bodegas como Vistandes, a quienes queremos agradecer por su hospitalidad y el excelente almuerzo que nos ofrecieron en su restaurant.

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