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Test drive

Manejamos el BMW i8, el futuro de los deportivos híbridos

El futuro nos alcanzó… y ¡luce increíble!

Manejamos el BMW i8, el futuro de los deportivos híbridos

Los Ángeles, C.A. la submarca “i” de BMW, nacida en 2011 con la idea de fabricar vehículos respetuosos con el medio ambiente, nos ha permitido conocer de primera mano a su buque insignia, el sorprendente i8, un deportivo híbrido plug-in que resulta tan innovador y disruptivo que no existe nada en el mercado con lo que se le pueda comparar. Es un vehículo que definitivamente se adelantó a su tiempo y nos permite entender que es perfectamente viable combinar la eficiencia con la deportividad.

Desde el proceso de fabricación, los modelos BMWi son sustentables, y es que la fibra de carbono utilizada es fabricada en EE.UU. en una moderna planta que utiliza energías renovables y luego es enviada a Alemania para continuar la manufactura también mediante procesos completamente ecológicos.

BMWi ha separado en dos la arquitectura de sus modelos, el habitáculo denominado como Life Module es una cápsula construida en plástico reforzado con fibra de carbono y el módulo en donde van montados los componentes mecánicos (motor eléctrico, motor de combustión, batería y suspensión) denominado Drive Module. Lo anterior ha permitido que el i8 detenga la báscula en 1.490 kilos, nada mal en comparación con otros híbridos del mercado.

 

Mecánicamente… eléctrico, naftero y con dos transmisiones.

Cuando hablamos de que el i8 es tan diferente a todo lo demás, no solo nos referimos al impactante diseño futurista, sino también a lo tremendamente sofisticado del tren motor. Se trata de un vehículo de tracción integral, el motor eléctrico de 129 CV y 250 Nm de torque envía la potencia al tren delantero a través de una transmisión de dos velocidades. Este impulsor se alimenta de una batería de iones de litio de 7.1 kWh que va montada en el túnel donde en otros autos se colocaría la transmisión y el cardán. En una toma de 220v el i8 se recarga en 1.5 horas, para una toma de 110v toma el doble de tiempo.

En posición central trasera y montado de manera transversal (como en el Lamborghini Miura) encontramos un pequeño propulsor de tres cilindros turbo de 1.5 litros que entrega 231 CV y 320 Nm de torque y que va acoplado a una transmisión automática de seis velocidades.

Un poco de análisis aquí nos deja ver que el i8 prácticamente comparte motor y caja con el nuevo MINI Cooper, claro está con notables diferencias para esta aplicación. El tricilíndrico se vale de otro motor eléctrico de 11 CV que gracias a sus dimensiones puede arrancar el propulsor de manera instantánea cuando es necesario y funcionar bajo ciertas circunstancias como generador para recuperar energía a la batería. El resultado final es una potencia total de 362 CV y 567 Nm de torque.

 

4 modos de conducción

Aunque comentábamos que se trata de un auto de tracción a las cuatro ruedas, no existe una conexión física entre los motores, más que el asfalto y dependiendo del modo de conducción puede funcionar como un tracción delantera, trasera o total.

Modo eléctrico - Aquí el i8 funciona puramente con el motor eléctrico, la potencia es enviada al tren delantero; sin embargo, hay que saber algunos detalles, la autonomía máxima en este modo es de 37 kilómetros y la velocidad máxima es de 120 km/h, sin embargo si el conductor requiere de mayor potencia basta con solo presionar más el pedal de acelerador y el motor de combustión está disponible en todo momento.

Modo Confort - Este es el modo de arranque por default del i8 y se combina de manera idónea la utilización de ambas motorizaciones para entregar una experiencia lo más cómoda posible, si vamos subiendo una pendiente, el motor de combustión entra cuando es necesario aunque siempre manteniendo un régimen de giro bajo, el caso contrario si vamos descendiendo el vehículo recupera energía cuando hay oportunidad. La transición entre la utilización del motor eléctrico y el nafta o de ambos es imperceptible.

Modo EcoPro - En este modo es cuando el i8 maximiza la eficiencia, se puede lograr un rendimiento de hasta 40 km/l, así como una autonomía máxima de 440 km con un tanque de 30 litros (600 km con tanque opcional de 42 litros), el motor de combustión y transmisión giran a bajo régimen, incluso si se está empleando el aire acondicionado, se disminuye la demanda de este sistema para mejorar el consumo. El pedal de acelerador por ejemplo es más lento de respuesta.

Modo Sport - A diferencia de los otros tres, este modo no se activa mediante un switch en la consola central, sino que es necesario mover la palanca de cambios hacia la izquierda y colocarla en la letra “S”. El cluster de instrumentos (una pantalla) cambia a color naranja y el objetivo es entregar el máximo desempeño, el motor de combustión está funcionando todo el tiempo y el generador es mucho más agresivo, por lo que se recupera más energía. Aquí el i8 es capaz de hacer un 0 – 100 km/h en 4.4 segundos, así como una velocidad punta de 250 km/h.

 

El diseño

Espectacular, impactante y muy futurista… así se le puede definir al BMW i8, aun al circular por las calles de Malibú o Santa Mónica en LA, en donde se pueden ver con mucha frecuencia vehículos de marcas como Bentley, Rolls Royce, Ferrari o Lamborghini, sin mencionar que los Mercedes, BMW y Audis son parte del paisaje. La cantidad de fotos, videos, preguntas (¿cuánto cuesta?, ¿ya lo venden?, etc), pulgares arriba y demás muestras de una mezcla entre gusto y envidia fueron realmente innumerables.

El auto de producción final guarda muchas similitudes con el Vision EfficientDynamics Concept que se presentó en 2009, las formas de deportivo exótico rematadas por detalles como las puertas que abren en una mezcla de tijera y alas de gaviota, el doble riñón que es casi cerrado, salvo por una pequeña persiana en la parte inferior, así como los rebuscados alerones laterales que sirven para controlar el flujo de aire y mantener la estabilidad a altas velocidades, le confieren una apariencia muy vanguardista. Visto desde atrás el i8 es todavía más interesante e innovador, parece una nave espacial.

Puertas adentro nos encontramos un habitáculo 2+2 con materiales de excelente calidad y un ensamble impecable. El diseño es menos moderno y propositivo que el exterior, luce muy BMW y encontramos botones, palancas, iDrive y switches que nos resultan familiares al conocer otros modelos de la gama. El cluster de instrumentos ahora es completamente digital y una gran pantalla wide montada en la parte superior de la consola central nos muestra la información relativa al navegador, audio, teléfono y estado del vehículo.

 

El Manejo

El ascenso y descenso es un tanto complicado, el marco de las puertas es ancho y alto en la parte inferior y queda más alto que la banca de los asientos frontales, por lo que la manera correcta de entrar es dejarse caer hacia atrás y luego subir las piernas. Al oprimir el botón de encendido, suena una campanilla y los displays se llenan de información, esos primeros metros (salvo que desde el inicio activemos el modo Sport) siempre son en modo eléctrico y por lo tanto los sonidos emanados del auto son más parecidos a los de un Autobot que a los de un auto de combustión común.

El BMW i8 no fue concebido como un deportivo extremo, aunque fue desarrollado para equiparar el desempeño de un M3 (y es capaz de ir tan rápido como el icónico deportivo bávaro), la marcha es firme, sin llegar a tener una suspensión muy dura y por lo menos en los trayectos citadinos se mostró como un vehículo razonablemente cómodo y con buen aislamiento acústico.

Al activar el modo Sport lo primero que inunda el habitáculo es el sonido del pequeño tres cilindros que se asemeja mucho más a un V8 de buen desplazamiento. Evidentemente esto se ha logrado de manera artificial, pero no importa, es un rugido grave y adictivo que agrega mucha emoción al manejar. Gracias al motor eléctrico las aceleraciones y recuperaciones son tremendamente rápidas (la ventaja del torque instantáneo).

Si hay que encontrar un pero en el i8, aunque hay que esforzarse bastante, la sensación de frenado sería lo único a mencionar aquí. El pedal modula de manera automática entre la acción del regenerador de energía y la acción física de las pastillas sobre los discos y ello provoca una sensación un tanto errática en el pedal de freno. En ocasiones parece que presionamos de más, aunque fue un toque suave; sin embargo, no es nada de que preocuparse y seguramente con más kilómetros recorridos el conductor se terminará acostumbrando.

 

Conclusiones

El BMW i8 no fue pensado para competir en contra de los nuevos hiperdeportivos como el Porsche 918 Spyder, McLaren P1 o Ferrari LaFerrari, aunque BMW pudo haberlo hecho. En su lugar el fabricante de Munich decidió mostrar al mundo su visión sobre los autos del futuro, con un balance inverosímil entre eficiencia y deportividad, es increíble que un deportivo con un motor de 1.5 litros y tres cilindros sea capaz de entregar 40 km/l y aun así también acelerar de 0 a 100 km/h en 4.4 segundos. Es también una especie de laboratorio de pruebas y una muestra de lo que poco a poco veremos en los autos más comerciales de la marca.

 

Manejar un vehículo ecológico no podría lucir mejor.

El BMW i8 ya está a la venta en EE.UU. y las primeras entregas se harán en el mes de septiembre próximo, el precio inicial en ese mercado es de 135 mil dólares, aunque hay que agregar el cargador de pared cuyo precio varía dependiendo del estado en donde se adquiera ya que cuentan con programas de incentivos diferentes.

 

Por último, la galería de fotos es imperdible con la sesión realizada en el centro de entrenamiento de BMW en Lerma...

Rubén Hoyo, Fotos: Héctor Mañón recomienda