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Test drive

Prueba DS 3 Sport, Chic a fondo

Recorrimos más de 1500 km a bordo del renovado Premium francés y incluyendo varios en pista.

Prueba DS 3 Sport, Chic a fondo

El nombre DS tiene una larga historia que comenzó con el mítico modelo que debutó en 1955, continuó como una gama de modelos “aspiracionales” y desde el Salón de París 2014 se estableció como marca independiente del doble chevrón, apuntada al segmento Premium. Esta política global también llegó a Argentina con la renovación del DS 3 que ahora llevamos al autódromo Oscar Cabalén de Córdoba para conocer sus cualidades a fondo.

Los seguidores de Autocosmos recordarán que hace poco organizamos un concurso en nuestra FanPage de Facebook para participar en el Track Day organizado por GP Track Experience. El año pasado participamos con un DS 3 de 120 CV, esta vez volvimos sedientos de más velocidad y llevamos la versión 1.6L 16V con turbo con 156 CV según la marca en Argentina, aunque en Europa se anuncia con 165 caballos.

 

Mecánica y seguridad

Más interesante que los 9 CV de diferencia que pueda haber entre las declaraciones del fabricante a cada lado del Atlántico, lo que interesan son los jugosos 240 Nm de torque entre las 1.750 y 4.000 rpm. La transmisión es manual de 6 cambios con una selectora precisa de plausible tacto mecánico.

La seguridad es muy alta con 6 airbags, anclajes ISOFIX, controles de tracción y estabilidad, y los nuevos faros con xenón y LEDs que durante nuestro el viaje de ruta nocturno iluminaron perfectamente. Completa el Active City Brake, sistema diseñado para la seguridad urbana que hasta 30 km/h puede frenar el DS 3 si detecta un peligro inminente.

 

Diseño y equipamiento

El DS 3 no ha cambiado mucho desde su aparición original, sigue siendo un modelo de líneas personales, con varios detalles muy logrados en cromo y carrocería bitono entre techo y cuerpo. Nos gustan mucho los faros traseros con efecto de proyección infinita (como cuando se enfrentan dos espejos) y las nuevas ópticas delanteras con los guiños que se van iluminando progresivamente y los tres LED detrás de cristales magnificadores que le quedan muy bien. Lo único que no llego a comprender es porque, ahora que DS es una marca independiente, la parrilla conserva el doble chevrón, elemento que se erradicó del portón trasero.

En la cabina del DS 3 plásticos, texturas, cuero y decorados siguen generando un ambiente de calidad y bienestar. Completa la moldura del tablero en el mismo color que el techo que en este caso era gris, algo que sumó más sensación de deportividad junto al forrado en negro de pilares y “cielo razo”. El anterior DS 3 que probamos contaba con el clásico display de PSA Peugeot Citroën, en este caso contamos con la pantalla táctil de 7” que se opera igual que en otros modelos del Grupo incluyendo a los renovados 308 y 408. El sistema es fácil de operar, aunque a veces requiere muchos pasos para realizar acciones que antes podíamos hacer apretando un par de botones.

 

Comportamiento dinámico

Aquí es donde le dimos al DS 3 un tratamiento especial, pero entes de llegar a la pista lo utilizamos bastante en ciudad y luego en ruta para recorrer los casi 700 km (ida y vuelta) que separan nuestras oficinas del Cabalen en Alta Gracia, Córdoba.

En la urbe el DS 3 nos hace recordar que tiene cualidades deportivas con cierta dureza, especialmente del perfil de los neumáticos 205/45 calzados en llantas de 17”, sin embargo el trabajo de las suspensiones es pulido y nunca sale de los niveles de confort. La dirección es blanda, la marcha fluida y los niveles de reacción muy buenos, a partir de las 1.500 rpm sale proyectado hasta la próxima bocacalle como un pequeño buscapié. Remata la nota del escape que en baja es ronco y sonoro sin llegar a ser molesto.

En ruta el comportamiento también es digno de un modelo premium, va bien pisado y es silencioso a casi cualquier velocidad. Además de la aislación acústica colabora la caja de 6º que aprovecha el gran torque (comparable con un 2.5L sin turbo) para viajar a 120 km/h reales (124 de velocímetro) con solo 2.500 rpm. A esa velocidad, esto también un consumo de combustible de 6.9L/100 km (o 14.5Km/L) que está muy bien, aunque hubiéramos esperado un rendimiento aún mejor teniendo en cuenta tamaño, área frontal y peso.

 

En la pista

Como explica Ezequiel en la nota sobre el Track Day, las pistas tienen la dualidad de ser un buen y un mal lugar para probar un auto de calle, aunque sea deportivo. En el lado positivo están la ausencia de limitaciones de velocidad y las vías de escape que permiten buscar los límites con cierto margen de seguridad propia y ajena. En el lado negativo, estos vehículos no fueron creados para tal exigencia continua, lo que sobrecalienta frenos y neumáticos a las pocas vueltas lanzadas.

Saliendo a la pista, el DS 3 aceleró muy bien. Aunque la curva plana de torque y la falta de referencias en las largas rectas hacen que no se sienta tan rápido, a la entrada de cada curvón nos dábamos cuenta que veníamos “volando bajito”. La dirección acá no es la más comunicativa, pero se endurece correctamente y permite apuntar la trompa con precisión en cada viraje. Los asientos ofrecen toda la sujeción lateral necesaria para esta exigencia. El rolido resulta contenido, los neumáticos ofrecen poca deriva y solo en algunas curvas logramos hacer que nuestro pequeñito levantara una pata trasera.

En el DS 3 no se puede desconectar permanentemente el ESP y esto originó dos emociones opuestas. En las curvas lentas la acción tan restrictiva del control de estabilidad resulta frustrante, frena mucho al auto y limita la potencia al pisar el acelerador, lo que no nos hizo perder efectividad y complicó corregir el balance combinando la acción sobre volante y acelerador. La única alternativa era entrar un poco más lento en las curvas cerradas y de mediana velocidad y garantizar que la trompa no barriera hacia afuera (subviraje) para poder aplicar toda la potencia y salir a toda marcha.

El lado positivo del ESP salió a relucir en los curvones, especialmente el primero del Cabalen que se toma casi a fondo después de una buena recta. Ahí, ver parpadear la luz del ESP redundó en mayor tranquilidad, ya que ayudó a mantener la línea sobre el límite y a mucha velocidad, pero sin hacernos perder el ritmo.

 

Conclusiones

El DS 3 Sport confirma lo que habíamos experimentado con la versión sin turbo; combina estilo y calidad con un correcto mix de confort y velocidad, solo que en este caso resultó mucho más rápido que la variante de 120 CV.

Evidentemente la pista no es su hábitat, no se trata de un GTi puro, para eso necesitaría 200 CV y suspensiones más firmes, pero es un correcto multipropósito, cómodo, refinado, silencioso y divertido cerca del límite.

Hasta acá te describimos nuestra experiencia con el DS 3, sin embargo, está en vos evaluar si el producto te convence. Hacé click acá para conocer su gama, precios, equipamientos y ficha técnica, o visitá el comparador de Autocosmos para enfrentarlo a los modelos que quieras.

Cámara on board con Jorge Broggi de copiloto

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