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Test drive

Exclusivo: Prueba Chery Tiggo 2

El crossover se lanzó en Chile y como tenemos presencia en toda Latinoamérica, ya lo manejamos del otro lado de la cordillera

Exclusivo: Prueba Chery Tiggo 2

Chery ya tiene unos 10 años en Chile y casi otros tantos en Argentina, habiendo cambiado bastante desde sus humildes inicios, transformándose rápidamente en un importante referente del país asiático. Incluso, el nombre Tiggo pasó a conformar una familia de modelos, liderada en nuestro país por la Tiggo 3 y ahora por la nueva Tiggo 5.

Hoy, es el hermano menor del Tiggo, el Tiggo 2, el protagonista. Debutando en Chile en enero de este año y que llegará a la Argentina recién en Noviembre, pero importada desde la nueva fábrica de Chery en Brasil. Es un producto bastante esperado por los que ya conocen a la marca, a modo de ejemplo, en el país trasandino se proyectaron ventas de entre 80 a 150 unidades mensuales de la Tiggo 2, pero el público pidió más de 210 unidades, una situación que anticipa la alta demanda del modelo. Este crecimiento viene de la mano con un fuerte trabajo de desarrollo, consolidación y mejoramiento de productos, donde el Tiggo 2, refleja completamente esta nueva etapa.

Estilo aventurero, pero de corte urbano

El diseño del Tiggo 2, es una de sus principales cartas, se apoya en una plataforma de 4.200 mm de largo, 1.760 mm de ancho, 1.570 mm de alto y 2.555 mm entre ejes, medidas típicas del segmento. Su baúl de 341 litros es muy correcto y suficiente considerando que es un crossover, más que un SUV compacto.

Su parrilla frontal ya comienza a mostrar la imagen de sus hermanos mayores, logrando inmediatamente un aire familiar. El look campero se completa con barras en el techo, luces diurnas de LED, guardabarros más abultados y paragolpes más prominentes. Hay algunos detalles muy bonitos que hablan del cuidado que ha puesto James Hope y su equipo de diseño en este auto. Por ejemplo, las ópticas llevan inscripciones "Tiggo" en los costados y las guarniciones plásticas de los guardabarros delanteros ocultan una discreta, pero bien pensada aplicación que se asemeja a una toma de aire, además de las molduras cromadas en forma de C adelante del auto, donde se inscriben las luces LED de uso diurno. En la zaga, un listón cromado se ajusta a los intermitentes traseros, generando una continuidad visual coherente. También aprobamos la paleta de colores, que, en el caso de nuestra unidad, es un color celeste con bastante personalidad.

 

Naranja, mucho naranja

En el interior del Tiggo 2 nos encontramos con... naranja, mucho naranja. El naranja no es para nada malo como acento de color; el problema es cuando lo combinamos con el color exterior, en este caso celeste. En ese sentido, hubiéramos preferido acentos de color coordinados, como pasa con otros modelos. Pasando de largo el tema del color, el Tiggo 2 muestra un notable avance en diseño y materialidad. Claro, los plásticos en la mayoría de los casos son toscos (o con algunos pernos visibles), pero están muy bien armados y la variedad de texturas y aplicaciones se agradecen, porque hablan de una preocupación inédita. Por ejemplo, las salidas de aire centrales en color aluminio satinado se perciben frías al tacto y eso es porque están recubiertos o fabricados en alguna cobertura metalizada y no por una pintura lacada que imite el material. Son detallitos, cosas, que a veces se pasan por alto, pero que finalmente suman al conjunto.

Al volante, nos encontramos con un moderno y vistoso clúster de instrumentos con una función que los amantes de Peugeot reconocerán inmediatamente: el tacómetro invertido del 308, fue imitado por Chery y sucederá lo mismo que con el auto francés: se ve vanguardista, pero no es del gusto de todos. El tablero en el centro sitúa una computadora  de a bordo que cuenta también con los indicadores digitales de la temperatura, combustible, medidor de presión de los neumáticos y económetro.

 

Hacia el costado, nos hacemos con el sistema multimedia (pantalla de 8" con soporte Mirrorlink y reproductor de video), que cuenta con grandes áreas táctiles que no arruinan la experiencia ergonómica, pero que igual nos hace echar de menos algunas perillas. La pantalla es satinada, lo que ayuda a difuminar un poco el brillo, pero por otro lado se come un poco del contraste en ciertas horas del día.

Con respecto a su equipamiento, lo único que echamos de menos es el control de tracción o estabilidad o un par de airbags más. Por lo demás, contamos con doble airbag frontal, cámara de retroceso, anclajes ISOFIX, cinco cinturones de tres puntas, espejos eléctricos y abatibles, alzavidrios eléctricos (one-touch), sunroof, Bluetooth, barras en el techo y llantas de 16" por mencionar lo más relevante. Claro que Chery ha tomado nota y desde las primeras unidades hasta ahora, el modelo GLX ha comenzado a sumar ESP y Hill Holder, para poder competir mejor con sus rivales asiáticos. Habrá que ver con qué equipamiento llegará a la Argentina cuando arribe en Noviembre desde la nueva fábrica de la marca en Brasil.

 

La ciudad, su salsa

Abrimos la puerta, damos contacto y nos ponemos al volante de este pequeño Tiggo. Y lo primero que queda de manifiesto es su postura al volante, muy alta. Se nota que se trata de una plataforma de auto, levantada y a la cual se le revisó la postura de los asientos para dar esa sensación de altura y robustez. Sin embargo, esta sensación fue un poco exagerada y personas muy altas se encontrarán prácticamente sacando la cabeza por el techo panorámico. El motor es de manejo equilibrado y se recomienda llevarlo en las 2.000 rpm para lograr un empuje perfecto.

Si bien el Tiggo 2 usa la plataforma del compacto Fulwin, no hay mucho que hable sobre esta relación. Ni siquiera comparte su motor, optando por un nuevo propulsor de 1.5 litros, 105 CV y 135 Nm de torque a las 2.750 rpm, asociado a una caja manual de 5 velocidades, con consumos mixtos de 6.8L/100Km. No es el más económico ni tampoco el más gastador, situandose en el promedio entre los crossover con cilindrada similar.

En la ciudad se mueve con holgura, gracias a una dirección de buen radio de giro y una puesta a punto confortable en la suspensión. Claro que estas prestaciones no se traducen tan bien en la ruta, donde el empuje se aplana y la poca comunicación de la dirección le resta precisión en caminos más virados, al igual que la suspensión, donde con movimientos más bruscos se deja ver cierta cuota de rolido. Los frenos son correctos, pero de tacto un poco esponjoso. Hay que notar como ha mejorado la insonorización general con otros modelos, entregando una cuota extra de calidad.

Al final del día, el Tiggo 2 se muestra muy competente y resuelto, con un marcado carácter urbano, que es donde todos sus atributos brillan.

 

Conclusiones

El Chery Tiggo 2 se perfila como un competente modelo dentro del segmento de los Mini SUV /  Crossover. Si bien el Tiggo 2 es más un crossover que un Mini SUV, cumple muy bien con la premisa de ofrecer un modelo tan practico como un hatch del segmento B, a un precio acotado, pero con la robustez estética de un pequeño SUV que invita a salir de vez en cuando de vacaciones.

Una imagen alegre y coherente, un correcto baúl y buena conectividad, le dan mucho valor a la propuesta de Chery y es fácil darse cuenta de cómo fue que se vendieron tantos en Chile. Si el Tiggo 2 representa el presente de la marca asiática, el futuro se ve muy prometedor, especialmente con productos com el Chery Tiggo 7.

A continuación mirá el video que realizaron nuestros colegas de Autocosmos Chile probando al Chery Tiggo 2.

Chery Tiggo 2 - Presentación y test por Autocosmos Chile

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