No te dejes engañar por el color blanco y una estética algo descuidada. Sí, por fuera esta Kangoo es común y corriente; pero en el mundo de los autos es donde toma una dimensión trasendental la máxima de Disney, esa que dice que lo importante está en el interior.
La cosa es que si te cruzás con esta Kangoo en la ruta, correte a un costado porque te pasa por arriba... ¿cómo que te pasa por arriba? Sí, porque abajo del capot tiene un corazón sacado directamente de un Megane RS., con nada menos que 225 CV de potencia, administrados por una caja traída de un Clio 172. Tres Renault en uno, un megazord automotor.
Esta Kangoo era de la hermana del dueño, que respetó totalmente la estética original. Es más, el hecho de tener solamente dos asientos reduce sustantivamente el peso, lo que favorece la relación peso/potencia. Con todo, este modelo es ideal para dos cosas: o bien es un flete muy rápido, o bien podés ir de punto a correr un cuarto de milla, ¿quién sospecharía de una Kangoo?
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