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Prueba Ford Mustang Bullitt, en los zapatos de Steve McQueen

Esta edición limitada no se limita a decoraciones y detalles.

Prueba Ford Mustang Bullitt, en los zapatos de Steve McQueen

Ningún otro auto puede presumir la relevancia para la industria cinematográfica como el Ford Mustang. Su participación más icónica en el cine fue como protagonista de la mejor persecución en la historia de Hollywood, en Bullitt, con el agente Frank Bullitt (Steve McQueen) a bordo de su Mustang GT Fastback 1968 persiguiendo por las calles de San Francisco a un Dodge Charger. La escena fue tan importante que redefinió las persecuciones en la industria cinematográfica.

Pasados 50 años, Ford lanzó al mercado una edición especial de su Mustang en turno en honor al icónico filme. El Ford Mustang Bullitt es al igual que sus predecesores, una edición limitada, un auto de colección y un homenaje a una persecución que  ayudó a cimentar la buena imagen del Mustang.

No es la primera vez que Ford hace una edición especial del Mustang en honor a Bullitt, de hecho nosotros tuvimos oportunidad de manejar el Mustang Bullit anterior en California.

Estética especial

Evidentemente, lo primero que llama la atención es el color exterior verde, el mismo de aquel Fastback del 68 que conducía el agente Frank Bullitt y que es específico para esta edición especial. Asimismo, las llantas de diseño Torque Thrust de cinco brazos van en color negro con perfil cromado.

Un detalle a resaltar es que el Mustang Bullitt no lleva en ningún punto de la carrocería el clásico emblema del caballo ni el óvalo azul, únicamente ostenta leyenda Bullitt al centro del baúl. La amenazadora apariencia se redondea gracias a la parrilla tipo panal en cromo negro, el marco de las ventanas en cromo y las pinzas de freno en rojo.

V8 con genes de Shelby

Pero esta edición especial es bastante más que una apariencia diferente, el V8 de 5.0 L obtiene múltiple de admisión y cuerpo de aceleración provenientes del extraordinario V8 de cigüeñal plano del Shelby GT350. Esto se traduce no solo en mayor facilidad y rapidez para subir de vueltas, sino que además gana 1.500 rpm. Hay una ganancia de 20 CV, con lo cual la potencia queda en 480 CV, mientras que el torque no cambia, se mantiene en 569 Nm.

Solo está disponible una transmisión manual de sexta con función rev-match y, como no podía ser de otra forma, envía la potencia a las ruedas posteriores.

Adicionalmente, el Bullitt se beneficia del Performance Package, con lo cual la suspensión que es magnética adaptativa tiene una puesta a punto ligeramente más deportiva, el sistema de frenos es más grande, firmado por Brembo con pinzas de seis pistones adelante y cuatro atrás. Y por último cuenta con diferencial Torsen atrás.

Pequeñas diferencias en el interior

Puertas adentro hay también elementos decorativos únicos para esta edición especial, como los detalles en color verde en tablero y asientos, la placa conmemorativa de Bullitt colocada por arriba del baúl y nuevamente el emblema de Bullitt al centro del volante en reemplazo del logo de caballo galopante. Por su parte, el pomo de la palanca de cambios es de estilo bola de billar, un guiño a los Mustang de antaño.

Tristemente, la versión probada no incorporaba los increíbles asientos Recaro que en el mercado de Estados Unidos son opcionales. En cuanto al equipamiento se destaca la inclusión de un cuadro de instrumentos completamente digital, de 12" y configurable.

Por su parte, la pantalla táctil de 8” con Sync 3 y compatibilidad con Apple Carplay y Android Auto está presente, así como el encendido y acceso mediante llave inteligente y el climatizador de dos zonas.

Manejo

Atrás del volante, el Mustang Bullitt es una absoluta delicia, esos pequeños cambios al V8 Coyote le vinieron de maravilla. El motor ganó 20 CV, pero eso al final es lo de menos, créeme, ya que hablamos de apenas un 5% de incremento. Mucho más importante es la facilidad con la que el tacómetro sube de vueltas y la ganancia de 1.500 rpm, con lo cual bien puedes acercarte a las 7.000 sin problemas.

Entonces, el motor 5.0 L del Mustang Bullitt torquea muy bien a bajo régimen, entrega de manera lineal y progresiva la potencia conforme sube de revoluciones, no hay caídas ni sobresaltos, poder puro, acompañado de un increíble rugido metálico. Por cierto, la nota del escape fue ajustada especialmente para asemejarse a aquel Fastback del 68 que protagoniza esa memorable persecución.

Por si lo anterior no fuera suficiente, la frenada es tremendamente efectiva, transmite total confianza y tanto suspensión como dirección tienen un ajuste sorprendentemente bien logrado, apropiado tanto para uso cotidiano, autopista, caminos sinuosos e incluso pista. Pocos son los deportivos que pueden presumir un rango tan amplio de uso.

Mención aparte merece la caja manual.  Si bien es cierto que la automática de 10 velocidades trabaja impecablemente bien, tener pleno control de los cambios en un deportivo tan bien ejecutado como el Mustang Bullitt es una gran experiencia. Los tiros son cortos y precisos, mientras que la función Rev Match además ayuda mucho cuando no se tiene experiencia en el punta talón, es una caja tan inteligente que te hace ver como piloto experimentado.

Conclusión

No solo se trata de un color o decoraciones especiales, tenemos las mejoras al motor y la adición del Performance Package que en verdad mejoran drásticamente el manejo y desempeño. El Ford Mustang Bullit entonces es mucho más que un homenaje a la persecución más importante en la historia del cine, sino que también es un clásico instantáneo, un auto coleccionable y un deportivo efectivo y tremendamente atractivo.

 

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