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Automovilismo

Carlos Reutemann, en el recuerdo permanente

A 80 años de su nacimiento, recordamos una de las victorias más importantes del santafesino, nada menos que el Nordschleife de Nürburgring.

Carlos Reutemann, en el recuerdo permanente

El circuito Nordschleife, la variante más larga del autódromo alemán de Nürburgring, fue la joya del calendario de la Fórmula 1 durante los primeros 25 años de vida de la categoría. Y no era para menos. Los 22,8 kilómetros de extensión de su estrecha pista eran todo un desafío para los corredores que debían hacer a toda velocidad sus 160 curvas e incluso aguantar la respiración cuando los autos despegaban del suelo en el desnivel de Flugplatz…

Ubicado alrededor del castillo medieval de Nurburgo, en las montañas Eifel, el autódromo fue inaugurado en 1927 y se convirtió en la sede del Gran Premio de Alemania de F.1 en 1951, un año después del inicio del campeonato.

Antes de su ingreso al Mundial, la pista tenía como grandes dominadores a los pilotos germanos. De trece competencias realizadas desde su inauguración hasta 1950 (el trazado no tuvo acción en 1930 y 1933 ni durante toda la década de 1940), en nueve oportunidades la gloria quedó para los locales con Rudolf Caracciola como su máximo exponente gracias a sus cinco triunfos con Mercedes (1928, 1931, 1932, 1937 y 1939).

Sin embargo, esa supremacía cambió a partir de la llegada de Nordschleife a la Máxima y, por el contrario, jamás un teutón volvió a celebrar desde el escalón más alto del podio dejando esa satisfacción a representantes del Reino Unido, Suecia, Australia, Nueva Zelanda, Bélgica, Austria, Suiza y, por supuesto, la Argentina.

Aquel título honorífico de Ringmaister (Maestro del Circuito) que lucía orgulloso Caracciola pasó así a manos de Juan Manuel Fangio merced a sus tres éxitos consecutivos en 1954, 1956 y 1957 (el GP germano se tomó un respiro en 1955).

Juan Manuel Fangio.

Gracias a esas victorias del Chueco y en especial a la última del ’57 -para ganar les descontó a las Ferrari de los ingleses Mike Hawthorn y Petter Collins una diferencia de 49 segundos- el trazado de Nordschleife de Nürburgring siempre fue especial para los argentinos. Ese cariño se incrementó en 1969 cuando los Torino brillaron en la Maratón de la Ruta y se afianzó en 1975 cuando Carlos Alberto Reutemann logró una memorable victoria con aquel Brabham BT44B con el número 7.

Lole transitaba por su cuarta temporada en la F.1 y ya era un graduado en la división después de un 1974 con tres triunfos (Sudáfrica, Austria y Estados Unidos) y el sexto lugar en el campeonato. Todo gracias al buen rendimiento del Brabham BT44-Ford. Sin embargo, había arrancado el torneo del ’75 con cierta incertidumbre ante la falta de patrocinadores, algo que sobresalía en el inmaculado blanco de la creación del técnico sudafricano Gordon Murray“Me sentía en la cuerda floja”, recordó alguna vez al no tener un respaldo económico. Por fortuna aparecieron en escena Martini y el brasileño José Carlos Pace, algo que oxigenó la difícil situación financiera por la que atravesaba la escudería propiedad de Bernie Ecclestone.

Como de costumbre en esa época, el calendario comenzó en Buenos Aires. El BT44B, la renovada versión del auto que tantas satisfacciones le había dado a Brabham el año anterior, había nacido bien. Reutemann llegó a puntear el GP de la Argentina y terminó tercero detrás de brasileño Emerson Fittipaldi y el inglés James Hunt, ambos de McLaren. Pero el potencial de aquel vehículo quedó demostrado en Brasil con el triunfo de Pace, el único en su campaña. Un excesivo recalentamiento de los neumáticos dejó a Reutemann en un pálido octavo lugar. Aunque la bronca de Interlagos desapareció con el segundo lugar en Sudáfrica y el tercero en España, en una carrera que se detuvo con bandera roja por el despiste del alemán Rolf Stommelen (Hill-Ford) que dejó un saldo de cuatro espectadores muertos.

En Mónaco la lluvia y los problemas en los frenos no fueron una buena combinación y el argentino terminó noveno, pero los buenos resultados volvieron rápidamente: fue tercero en Bélgica, segundo en Suecia y cuarto en Holanda. Eso le permitió a Lole trepar al segundo lugar del torneo y ubicarse a 13 puntos del austriaco Niki Lauda (Ferrari), que a esa altura del ejercicio ya ostenta tres triunfos. Emerson Fittipaldi y Pace completan el trío de sudamericanos que atentaban contra las aspiraciones de Lauda de lograr su primera corona.

Pero el envión de Reutemann se detuvo con dos malas carreras. En Francia terminó 14º penando con la falta de velocidad de su auto y en Gran Bretaña abandonó prematuramente por la rotura de la bomba inyectora del motor. Esas dos fechas sin puntos hicieron que Lole cayera al cuarto puesto del torneo a 22 puntos de Lauda…

¿Cómo recuperarse del bajón? Nada menos que con una victoria en el Gran Premio de Alemania, marcado como la undécima fecha del calendario. El viernes no fue del todo bueno para Lole. Primero había tenido inconvenientes con las relaciones de la caja. Después sufrió una pinchadura muy lejos de los boxes y perdió casi todo el tiempo para volver a los pits. La práctica la terminó décimo, misma ubicación que logró en la clasificación después de girar con su auto con mucha nafta como en carrera. Pace, en cambio, logró colocarse segundo detrás de Lauda. En un trazado como el Nordschleife cualquier cosa podía pasar por eso Reutemann encaró la competencia con su conducta de siempre, esa que lo definió durante toda su campaña deportiva.

Tras la largada pasó las dos primeras vueltas en el cuarto puesto y luego cedió un lugar ante el suizo Clay Regazzoni (Ferrari). Pero el retraso de Pace en el quinto giro por problemas en las suspensiones le devolvió la cuarta colocación. Con nueve rondas aún por delante, Lauda parecía inamovible del primer puesto seguido por el francés Patrick Depailler (Tyrrell). Sin embargo, todo cambió sobre el final. Reutemann cumplió el noveno circuito tercero tras el retraso de Depailler por un neumático roto y, como había hecho 18 años antes Fangio, batalló por la victoria contra dos autos de la Scuderia. Pero la disputa fue efímera ya que Regazzoni abandonó rápidamente por problemas en el motor y Lauda, con un auto ya inestable producto del ritmo de las primeras vueltas, no puso demasiada resistencia.

Reutemann cruzó el décimo giro como líder y una vez en la vanguardia su única preocupación fue cuidar la goma delantera izquierda para que aguantara los kilómetros finales. Con el francés Jacques Laffite (Williams) a casi dos minutos, Lole tomó los recaudos necesarios para llegar primero a la bandera de cuadros sin tomar demasiados riesgos en un circuito al que siempre calificó como “hermoso”. La victoria le permitió al argentino recuperar el segundo puesto del certamen. Pero en las carreras finales no le fue del todo bien (tras ser 14º en Austria, llegó cuarto en Italia y abandonó en Estados Unidos) y terminó tercero en el torneo que tuvo al tope de las posiciones a Lauda.

El periodista italiano Franco Lini cubrió aquella carrera para CORSA y se deshizo en halagos hacia Lole con una serie de palabras que bien sirven de epílogo para esta hazaña ocurrida hace cuatro décadas y media. “Cada vez que gana Reutemann, la alegría es general. Se trata de un piloto de enormes cualidades que siempre debe luchar a brazo partido para lograr una victoria, y ese sentimiento general se hizo visible en Nürburgring ante el éxito del gran piloto argentino, por lo que se hace fácil suponer con cuanto entusiasmo habrá sido recibida la noticia en su país. Reutemann, tantas veces postergado, se vio compensado con una victoria de excelente factura y aunque todo el mundo contuvo el aliento hasta el final, temiendo una agónica detención del Brabham, la llegada del ganador fue saludada con gran algarabía, sobre todo por la gente de su equipo. También por primera vez desde que Reutemann es ganador, la suerte estuvo de su parte y pudo ganar de atrás, aprovechando algunas desgracias ajenas, resarciéndose justamente de la cantidad de veces que, dominando a todos, debió quedarse a un costado de la pista para ver triunfar a otro… Reutemann está ahora en un selecto grupo. Ganar el GP de Alemania en Nürburgring es de por sí un logro poco común y reservado solo para a aquellos que no pierden respeto por este circuito considerado como el más exigente del mundo”.

Clasificación GP de Alemania 1975

POS. PILOTO AUTO VTAS. TIEMPO/DIF. LARGÓ
1 7 Carlos Reutemann BRABHAM FORD 14 1:41:14.100 10
2 21 Jacques Laffite FRANK WILLIAMS RACING CARS/WILLIAMS 14 +97.700s 15
3 12 Niki Lauda FERRARI 14 +143.300s 1
4 16 Tom Pryce SHADOW FORD 14 +211.400s 16
5 22 Alan Jones HILL FORD 14 +230.300s 21
6 19 Gijs van Lennep ENSIGN FORD 14 +305.500s 24
7 29 Lella Lombardi MARCH FORD 14 +450.400s 25
8 25 Harald Ertl HESKETH FORD 14 +460.900s 23
9 4 Patrick Depailler TYRRELL FORD 13 +1 lap 7
10 27 Mario Andretti PARNELLI FORD 12 DNF 13
NC 24 James Hunt HESKETH FORD 10 DNF 9
NC 11 Clay Regazzoni FERRARI 9 DNF 5
NC 23 Tony Brise HILL FORD 9 DNF 17
NC 3 Jody Scheckter TYRRELL FORD 7 DNF 3
NC 17 Jean-Pierre Jarier SHADOW FORD 7 DNF 12
NC 8 Carlos Pace BRABHAM FORD 5 DNF 2
NC 30 Wilson Fittipaldi FITTIPALDI FORD 4 DNF 22
NC 1 Emerson Fittipaldi MCLAREN FORD 3 DNF 7
NC 10 Hans-Joachim Stuck MARCH FORD 3 DNF 8
NC 9 Vittorio Brambilla MARCH FORD 3 DNF 11
NC 6 John Watson LOTUS FORD 2 DNF 14
NC 5 Ronnie Peterson LOTUS FORD 1 DNF 18
NC 28 Mark Donohue MARCH FORD 1 DNF 19
NC 2 Jochen Mass MCLAREN FORD 0 DNF 6

Nota publicada originalmente en Automundo.com.ar

Fuente: Automundo

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